Vanessa y Shirato, habían quedado de acuerdo para pasear
durante la penúltima tarde de la menor, Shirato la citó en un parque cercano al
hotel, para evitar que ella se perdiera, aunque por cuestiones de trabajo, se
retraso unos momentos.
Vanessa perdía el tiempo y escuchaba música en sus audífonos mientras esperaba a su pareja, quién por medio de un mensaje la aviso que se retrasaría un poco. A la par, Matsushita había salido a caminar un rato, cerca del mismo parque y se percato de la presencia de la menor en el lugar. Se acercó a ella por la espalda, quitó uno de sus audífonos y le habló al oído.
-Hola- susurró.-
-Ho-hola- Se congeló en el momento y la libreta que tenía en manos cayó al suelo.- Que coincidencia… este… ¿Qué haces aquí?
-Siempre parece que ves un fantasma cuando nos encontramos solos nosotros- Rió y se alejo considerablemente- ¿Seré un fantasma?
-No sé…creo que sí.- Rió con él y se calmo- Demo, no me contestaste mi pregunta. -Se quejo-
-Ah sí, perdón- Sonrió y se sentó a su lado- Estoy de descanso del estudio así que decidí salir a caminar, pensaba más al rato ir de compras.
-Que un hombre vaya más de compras que yo me es extraño.- Bromeo- Bueno el trabajo no deja a nadie ser ¿y yo? Bueno yo descanso y escribo
-Cierto, futura escritora ¿verdad?
-Eso espero
-¿Podría ver lo que escribías?
-¡Claro!
Vanessa perdía el tiempo y escuchaba música en sus audífonos mientras esperaba a su pareja, quién por medio de un mensaje la aviso que se retrasaría un poco. A la par, Matsushita había salido a caminar un rato, cerca del mismo parque y se percato de la presencia de la menor en el lugar. Se acercó a ella por la espalda, quitó uno de sus audífonos y le habló al oído.
-Hola- susurró.-
-Ho-hola- Se congeló en el momento y la libreta que tenía en manos cayó al suelo.- Que coincidencia… este… ¿Qué haces aquí?
-Siempre parece que ves un fantasma cuando nos encontramos solos nosotros- Rió y se alejo considerablemente- ¿Seré un fantasma?
-No sé…creo que sí.- Rió con él y se calmo- Demo, no me contestaste mi pregunta. -Se quejo-
-Ah sí, perdón- Sonrió y se sentó a su lado- Estoy de descanso del estudio así que decidí salir a caminar, pensaba más al rato ir de compras.
-Que un hombre vaya más de compras que yo me es extraño.- Bromeo- Bueno el trabajo no deja a nadie ser ¿y yo? Bueno yo descanso y escribo
-Cierto, futura escritora ¿verdad?
-Eso espero
-¿Podría ver lo que escribías?
-¡Claro!
Vanessa alcanzó el cuaderno caído y se lo dio al mayor que
la acompañaba. Matsushita comenzó a leer las líneas escritas, quedando
enternecido por lo que leía.
-Muy romántico- Sonrió- ¿Tienes a alguien en especial que te inspire?
-Ah…- Se sonrojo y asintió- Sí… hay 3 personas que me han inspirado desde que les conozco…
-¿Y podría saber quiénes son?
-Pues…-Comenzó a jugar con el cable de sus audífonos, en una actitud nerviosa.- El primero, es obvio Michael Jackson… De no ser por él, probablemente no sería mucho de lo que soy. El segundo es, bueno, por lógica, mi esposo. Y el tercero.- Hizo una pausa y le miró- Es un secreto.
-Tú y tus misterios, niña- Rió leve- ¿En algún momento sabré el nombre del tercero?
-Puede ser
El mayor sonrió y se levanto. Le extendió la mano a Vanessa, quién la acepto y quedó de frente a él. Ambos comenzaron a caminar por los alrededores. Matsushita le dedicaba miradas tiernas, mientras Vanessa trataba de evitar contacto, tanto visual, como físico. No quería problema alguno, así que había decidido llevarse la fiesta en paz con ambos músicos
-¿Sabes?- Habló Matsushita- Eres una persona muy agradable… Me da gusto que haya chocado contigo
-A mi igual- Afirmó con un sonrojo- Fue loco, y me pareciste un fantasma muy amigable.
-Desde ese día deje de ser un humano- Rió con ganas- Soy un fantasma…- Detuvo su caminar y le miró- ¿Te puedo preguntar algo?
-¡Claro!- Correspondió a su mirada- Puedo responderte lo que quieras
-¡Genial!- Sonrió- Pues amm… ¿Tú querías venir a Japón o viniste solo por Shirato?
-Ammm… Creo que fue un poco de ambas- Rió leve- De un corto tiempo para acá, había querido venir a Japón. Y bueno, siento que, si hubiera venido solo para verlo es porque realmente me importa ¿No lo crees? I mean… a mi no me gusta viajar, sin embargo, lo haría solo por el gusto de encontrarme con él.
-¿Y si alguien más te lo hubiera pedido?
-Ammm ¿Alguien más? Yuya, no conocía a nadie de aquí, hasta que me case.
El joven de cabellera negra se acercó a la menor acorralándole contra el tronco de un árbol. Ella no supo qué hacer. Ante el contacto físico se perdió en ese par de ojos café que tanto había anhelado desde que los vio por primera vez.
-Alguien…tal vez yo.- Sonrió.-Eres quien creí que eras-Susurró el mayor al momento que juntaba su frente con la de ella- Dudaba encontrarte tan pronto, o en una situación así.
-¿Ah?-dijo con un sonrojo en sus mejillas- ¿a qué te refieres?
-Tú me escribiste una carta tiempo atrás, desde entonces quise verte... ¿por qué? no lo sé...solo llamaste mi atención por medio de las palabras
-Ah…Bueno…es que…este…yo...
El mayor la calló colocando el dedo índice sobre sus labios.
-No digas más...no necesito explicación...
La tomó por la barbilla mientras ella se quedaba inmóvil. Era como si todos los músculos de su cuerpo se hubieran atrofiado dejándola imposibilitada de movimiento alguno. La distancia se acortaba cada vez más, haciendo que sus alientos se convirtieran, poco a poco, en uno.
Ninguno de los dos se había dado cuenta que un par de ojos negros los observaba en la distancia, viendo con suma atención las acciones de los presentes. Un simple "Tsk" salió de sus labios al ver al joven que acorralaba a su pareja.
La menor pudo sentir el roce de los labios del mayor, contra los suyos, provocándole un escalofrío por el cuerpo. Antes de que hubiera algún otro contacto bajó la mirada.
-Lo siento... yo...bien sí, lo acepto, me gustas, me gustas demasiado...inclusive de antes de enviarte la carta pero... pero yo no me perdonaría serle infiel a alguien que me ha entregado todo- Se mordió el labio- has estado en mis pensamientos, únicamente tú, por un largo tiempo, Tal vez más de un año, pero a estas alturas de mi vida alguien te hace compañía... aun no sé si ocuparon tu lugar... pero ya no eres solo tú en quien pienso.
-¿Realmente lo quieres?-dijo retomando su posición- ¿O solo es por el compromiso que tienes con él?
Ella se quedó pensativa unos instantes y sonrió leve. Besó la mejilla de su acompañante y susurró en su oído.
-Realmente se ha sabido ganar mi corazón... ¿cómo? eso no lo sé...solo sé que así fue.
-Aun así…- Cerró los ojos al sentirle tan cerca- No me voy a contener si sigo en contacto contigo. No sin antes…
-¿No sin antes?-Se alejo y lo miró de frente.-
Matsushita no le dio pauta para decir o hacer algo más. Atrapó sus labios en un fugaz beso. No quiso extenderlo, pues no sabía cómo podría reaccionar la menor. Con ese simple toque de los labios, pudo calmar un poco esa ansia que sintió al enterarse que era ella. Vanessa se sonrojó al instante y no correspondió a las acciones. Solo se quedó imposibilitada de reaccionar.
-Lo siento por eso- Musitó aun sin despegar su frente de la de ella.- Si no lo hacía ahora, no me hubiera podido controlar y podría haber hecho esto frente de él.
-Ah…-Aun en shock- Este…yo… me…voy… tengo que…no sé
Matsushita la libró de su agarre. Vanessa solo se alejó en silencio. Muchas cosas resonaban en su cabeza, sus sentimientos y lo acontecido le habían dejado confundida.
Shirato salió de donde estaba y se acercó al cantante por la espalda.
-¡Te dije que te mantuvieras al margen!- Gritó.-
Al de ojos café no le dio tiempo de reaccionar. Shirato le tomó por sorpresa, tirando un puñetazo en su cara. El labio de Matsushita comenzó a sangrar y le miró a través del cabello que caía sobre su rostro. El cantante se disponía a hacer lo mismo, cuando sintió una mano que lo detenía. Volteo y vio la mirada triste de la menor.
-No lo hagas- Musitó y dirigió la mirada a su pareja- No debiste de…
Matsushita bajó el puño, accediendo a lo que Vanessa le había pedido. Shirato entornó los ojos, se dio la media vuelta y emprendió el camino de regreso a su apartamento. Aún se notaba su gran molestia.
-Lo siento- Limpió la sangre que corría por el mentón del mayor- No supe ni cuando llegó, ni nada.
-No hay problema- Trató de sonreírle- Fue mi culpa, perdí la cabeza.
Vanessa se mordió el labio nerviosa, se inclinó leve y se dio vuelta para poder ir detrás de su pareja. Matsushita la tomó por la muñeca y negó con la cabeza.
-¿A qué vas detrás de él?- Le miró- ¿A qué te grite? ¿A qué te reclame?
-Iie- Se soltó de su agarre- A arreglar las cosas con él. No quiero perder a mi esposo por esto.
Vanessa emprendió el camino hacia la casa de su pareja. Matsushita, al verla irse tan preocupada, no hizo más que golpear el tronco del árbol. <<Ese baterista… me la puso difícil>> Fue lo único que alcanzó a decir antes de recibir una llamada de uno de sus bailarines. A regaña dientes volvió al estudio. Curó sus heridas y regresó a sus actividades.
-Muy romántico- Sonrió- ¿Tienes a alguien en especial que te inspire?
-Ah…- Se sonrojo y asintió- Sí… hay 3 personas que me han inspirado desde que les conozco…
-¿Y podría saber quiénes son?
-Pues…-Comenzó a jugar con el cable de sus audífonos, en una actitud nerviosa.- El primero, es obvio Michael Jackson… De no ser por él, probablemente no sería mucho de lo que soy. El segundo es, bueno, por lógica, mi esposo. Y el tercero.- Hizo una pausa y le miró- Es un secreto.
-Tú y tus misterios, niña- Rió leve- ¿En algún momento sabré el nombre del tercero?
-Puede ser
El mayor sonrió y se levanto. Le extendió la mano a Vanessa, quién la acepto y quedó de frente a él. Ambos comenzaron a caminar por los alrededores. Matsushita le dedicaba miradas tiernas, mientras Vanessa trataba de evitar contacto, tanto visual, como físico. No quería problema alguno, así que había decidido llevarse la fiesta en paz con ambos músicos
-¿Sabes?- Habló Matsushita- Eres una persona muy agradable… Me da gusto que haya chocado contigo
-A mi igual- Afirmó con un sonrojo- Fue loco, y me pareciste un fantasma muy amigable.
-Desde ese día deje de ser un humano- Rió con ganas- Soy un fantasma…- Detuvo su caminar y le miró- ¿Te puedo preguntar algo?
-¡Claro!- Correspondió a su mirada- Puedo responderte lo que quieras
-¡Genial!- Sonrió- Pues amm… ¿Tú querías venir a Japón o viniste solo por Shirato?
-Ammm… Creo que fue un poco de ambas- Rió leve- De un corto tiempo para acá, había querido venir a Japón. Y bueno, siento que, si hubiera venido solo para verlo es porque realmente me importa ¿No lo crees? I mean… a mi no me gusta viajar, sin embargo, lo haría solo por el gusto de encontrarme con él.
-¿Y si alguien más te lo hubiera pedido?
-Ammm ¿Alguien más? Yuya, no conocía a nadie de aquí, hasta que me case.
El joven de cabellera negra se acercó a la menor acorralándole contra el tronco de un árbol. Ella no supo qué hacer. Ante el contacto físico se perdió en ese par de ojos café que tanto había anhelado desde que los vio por primera vez.
-Alguien…tal vez yo.- Sonrió.-Eres quien creí que eras-Susurró el mayor al momento que juntaba su frente con la de ella- Dudaba encontrarte tan pronto, o en una situación así.
-¿Ah?-dijo con un sonrojo en sus mejillas- ¿a qué te refieres?
-Tú me escribiste una carta tiempo atrás, desde entonces quise verte... ¿por qué? no lo sé...solo llamaste mi atención por medio de las palabras
-Ah…Bueno…es que…este…yo...
El mayor la calló colocando el dedo índice sobre sus labios.
-No digas más...no necesito explicación...
La tomó por la barbilla mientras ella se quedaba inmóvil. Era como si todos los músculos de su cuerpo se hubieran atrofiado dejándola imposibilitada de movimiento alguno. La distancia se acortaba cada vez más, haciendo que sus alientos se convirtieran, poco a poco, en uno.
Ninguno de los dos se había dado cuenta que un par de ojos negros los observaba en la distancia, viendo con suma atención las acciones de los presentes. Un simple "Tsk" salió de sus labios al ver al joven que acorralaba a su pareja.
La menor pudo sentir el roce de los labios del mayor, contra los suyos, provocándole un escalofrío por el cuerpo. Antes de que hubiera algún otro contacto bajó la mirada.
-Lo siento... yo...bien sí, lo acepto, me gustas, me gustas demasiado...inclusive de antes de enviarte la carta pero... pero yo no me perdonaría serle infiel a alguien que me ha entregado todo- Se mordió el labio- has estado en mis pensamientos, únicamente tú, por un largo tiempo, Tal vez más de un año, pero a estas alturas de mi vida alguien te hace compañía... aun no sé si ocuparon tu lugar... pero ya no eres solo tú en quien pienso.
-¿Realmente lo quieres?-dijo retomando su posición- ¿O solo es por el compromiso que tienes con él?
Ella se quedó pensativa unos instantes y sonrió leve. Besó la mejilla de su acompañante y susurró en su oído.
-Realmente se ha sabido ganar mi corazón... ¿cómo? eso no lo sé...solo sé que así fue.
-Aun así…- Cerró los ojos al sentirle tan cerca- No me voy a contener si sigo en contacto contigo. No sin antes…
-¿No sin antes?-Se alejo y lo miró de frente.-
Matsushita no le dio pauta para decir o hacer algo más. Atrapó sus labios en un fugaz beso. No quiso extenderlo, pues no sabía cómo podría reaccionar la menor. Con ese simple toque de los labios, pudo calmar un poco esa ansia que sintió al enterarse que era ella. Vanessa se sonrojó al instante y no correspondió a las acciones. Solo se quedó imposibilitada de reaccionar.
-Lo siento por eso- Musitó aun sin despegar su frente de la de ella.- Si no lo hacía ahora, no me hubiera podido controlar y podría haber hecho esto frente de él.
-Ah…-Aun en shock- Este…yo… me…voy… tengo que…no sé
Matsushita la libró de su agarre. Vanessa solo se alejó en silencio. Muchas cosas resonaban en su cabeza, sus sentimientos y lo acontecido le habían dejado confundida.
Shirato salió de donde estaba y se acercó al cantante por la espalda.
-¡Te dije que te mantuvieras al margen!- Gritó.-
Al de ojos café no le dio tiempo de reaccionar. Shirato le tomó por sorpresa, tirando un puñetazo en su cara. El labio de Matsushita comenzó a sangrar y le miró a través del cabello que caía sobre su rostro. El cantante se disponía a hacer lo mismo, cuando sintió una mano que lo detenía. Volteo y vio la mirada triste de la menor.
-No lo hagas- Musitó y dirigió la mirada a su pareja- No debiste de…
Matsushita bajó el puño, accediendo a lo que Vanessa le había pedido. Shirato entornó los ojos, se dio la media vuelta y emprendió el camino de regreso a su apartamento. Aún se notaba su gran molestia.
-Lo siento- Limpió la sangre que corría por el mentón del mayor- No supe ni cuando llegó, ni nada.
-No hay problema- Trató de sonreírle- Fue mi culpa, perdí la cabeza.
Vanessa se mordió el labio nerviosa, se inclinó leve y se dio vuelta para poder ir detrás de su pareja. Matsushita la tomó por la muñeca y negó con la cabeza.
-¿A qué vas detrás de él?- Le miró- ¿A qué te grite? ¿A qué te reclame?
-Iie- Se soltó de su agarre- A arreglar las cosas con él. No quiero perder a mi esposo por esto.
Vanessa emprendió el camino hacia la casa de su pareja. Matsushita, al verla irse tan preocupada, no hizo más que golpear el tronco del árbol. <<Ese baterista… me la puso difícil>> Fue lo único que alcanzó a decir antes de recibir una llamada de uno de sus bailarines. A regaña dientes volvió al estudio. Curó sus heridas y regresó a sus actividades.
¡Buenas Tardes!...Sí, estoy muy de buenas, así que aquí dejo el séptimo capitulo de Historia de amor de repente.
He de aceptar...que hasta quisiera alargar la historia. Pero la protagonista solo cuenta con una semana en Japón y el tiempo se le está acabando. Así que lamentablemente solo llegará hasta el capitulo 10.
Espero les guste. Espero poder subir el octavo mañana.
Sin más por el momento, me despido.
Atte:
Una Galleta Escritora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es muy importante para mi.