sábado, 14 de junio de 2014

Inconfundible [Capítulo 3]

3
H
abía pasado una semana desde que dejé Holanda. Sinceramente extraño todo de allá. Tal vez no viví toda mi vida en esa ciudad, pero tenía muchos buenos recuerdos y a mis dos mejores amigos en ese lugar. Bueno, a mi mejor amiga y a mi novio. Fue extraño pero, en mi último día, Aloin me pidió que fuera su novia. No entiendo el porqué esperó a que me fuera para decírmelo, pero realmente fue muy adorable.

Recordaba sus palabras al pie de la letra. Creo que debería de ponerlo en papel para seguir siempre con ese recuerdo, no sea que me vaya a pasar algo de nuevo y me olvide hasta de la persona que más quiero en este mundo. Me dirigí al escritorio, tomé mi libreta y bolígrafo. Regresé a la cama y comencé a escribir.

"Mi querida Alice:
Sé que, desde que nos conocimos, hemos sido muy buenos amigos. A lado de Eline, pude ver tus miedos ante el bloqueo de tu pasado, tus lágrimas de impotencia al no saber nada de antes, tus sonrisas nostálgicas cada que nosotros hablamos de algunas experiencias de esos años. Alice he visto una y mil facetas tuyas. Sé que no toleras bien el café descafeinado, que odias tomar las pastillas para la cabeza pero que a su vez odias más no poder saber nada, sé que quieres recuperar a tus abuelos, que amas salir en los días lluviosos, siempre usas color gris en tus dibujos y que lo que menos toleras es tener que leer por obligación. 

Pero hay algo que tú no sabes.

Alice, por alguna razón, desde que conocí tus risas sinceras, tus miradas tímidas cada que te dicen que tus ojos parecen de otro mundo. Esos ojos tan grandes y expresivos que me regalan las miradas más sinceras que puede existir en este mundo. Tú podrás decir que no, pero yo con mirarte a los ojos puedo saber que estás mal; por esas y más razones fue que me enamoré de ti.

Tal vez nunca lo había dicho en la escuela, pero es que no hubiera podido soportar que te alejaras después de saber la verdad, es por eso que esperé a que saliéramos de la universidad para decirlo. Aunque no esperaba que te irías una vez que terminaras los estudios.

Aunque 658 kilómetros nos separen. ¿Quieres ser mi novia?"

-Listo -Sonreí una vez que terminé de escribir la nota.
-¿Señorita Alice?- Una voz dulce se escuchó del otro lado de la puerta, y un par de golpecitos en la misma- ¿Puedo pasar?
-Claro Elrike.
-Gracias- Finalmente la puerta se abrió. Una chica de no más de 25 años entró por ella.
- Señorita la están buscando.
-¿Quién? -Pregunté confundida. Que yo recuerde... Olviden, no recuerdo nada de Alemania.- ¿Segura que es a mí?
-Eso dijo el chico. Se llama Aloin quien la busca.
-¿QUÉ?- Solté un grito de emoción y la abrace por el cuello- ¿Segura que es él?
-Pues eso dijo el joven. ¿Le digo que no está?
-¡NO!- Grite de inmediato- Oh, lo siento por eso. -Me disculpe tras ver que se asustó un poco con el grito- Yo me encargo, gracias.

Sonriente salí corriendo de mi cuarto hasta las escaleras en espiral que me quedaban más cerca. De la emoción olvide decirle a Elrike que no me llamara tan formalmente, no me gusta y menos porque tenemos casi la misma edad. Bajé las escaleras corriendo y lo vi a él sentado en el sofá blanco de la estancia. Solté un suspiro y traté de calmar mi respiración.

-Qué curioso- Hable, tomándolo por sorpresa. Se sobresalto ligero y volteo a verme- Recién pensaba en ti.
-¿A sí? Ah, yo pensaba que era Eline la razón de mis estornudos porque comenzaba a extrañarme.
-¡Eres un tonto!-Reí y me lancé a abrazarlo. A pesar de tener solo una semana lejos, extrañaba esos comentarios suyos.- Ya que la mencionas ¿Cómo está? -Lo cuestioné sin separarme.
-Te extraña, pero dice que se tiene que acostumbrar. Por cierto, ya entró a trabajar por el momento en una escuela.
-¿Y eso?
-Te lo contaré después, ahora sólo dime cómo has estado tú. -Se separó y posó sus manos sobre mis hombros.
-Acostumbrándome a estar tan lejos, dicen mis papás que vuelven en esta semana para que no esté tan sola.
-¿Te sientes a gusto?
-Supongo. No sé, al no recordar nada sólo siento que me mude y ya. No miedos, no angustias, no nada.
-Menos mal.

Me regaló una sonrisa tierna. Tras unos momentos en silencio, y antes de que pudiera romperlo, me robó un beso rápido y tierno. Sonrojada lo tome por los hombros y aprisioné sus labios en un beso un poco más duradero pero igual de tierno. Aún se me hace raro besar a mi mejor amigo, pero me iré acostumbrando a hacerlo más seguido, aparte besa muy bien.

-A todo esto -Interrumpí el beso- ¿Qué haces aquí?
-Vine de visita un par de semanas. Estaré parte del mes de noviembre aquí.
-¿Y eso?- Lo interrumpí antes de que hablara- Antes ¿Te quedas a comer? Elrike está por servir la comida.
-Claro

Sonreí tierno. Le pedí que me esperara ahí y fui en busca de la chica que ayuda en mi casa. Estaba en el cuarto de lavado, peleándose un poco con la separación de la ropa.

-Prometo ayudarte -Le toqué el hombro y dejó caer las prendas de sus manos por el susto- Pero ahora ¿Me puedes preparar algo para comer?
-Señorita, no me asuste de esa manera -Dijo con ambas manos en su pecho, a la altura del corazón.- Claro, ya subo no se preocupe.
-Gracias -Reí suave- Por cierto deja de tratarme tan formal. Me siento una señora. Sólo soy Alice ¿Sí?

Antes de que me respondiera, salí del cuarto y regrese rápidamente a la estancia. Aloin estaba de curioso entre las fotos de la mesa. Supongo que me escuchó aproximarme, ya que se volteó antes de que llegara.

-Vamos al comedor.

Asintió con la cabeza. Lo tomé de la mano y lo lleve hasta allí. Tomamos asiento y retomamos la plática interrumpida. Poco después llegó Elrike y comenzó a preparar algo rápido para que comiéramos.

-Bueno, olvidemos la razón total del porqué estás aquí, me haces feliz con eso así que lo demás no importa. Cuéntame el porqué Eline entró a trabajar en una escuela. ¿No sé iría al despacho de sus tíos?
-Se supone, pero dijo que quería primero probar que había aprendido algo. Dijo que su ego la movía en ese momento.
-¿Y tú? ¿No ibas a trabajar en las oficinas de Sony con tu papá?
-Supongo que quiero hacer lo mismo que Eline. Aún no estoy seguro, pero mi papá me dio un poco de tiempo para que lo pasara con mis amigos.
-Oh...-Me quedé pensando un momento
-¿Y tú? ¿Cuándo comienzas en las oficinas de la constructora? ¿Quedarás como Vicepresidenta, o iras directo a la presidencia?
-La presidencia será sólo si mi padre muere. Estaré en la vicepresidencia, pero eso que hizo Eline me llama la atención.
-¿Planeas trabajar externa antes de tomar tu puesto?
-Es que quiero hacer lo mejor posible para la empresa de la familia, por eso considerare la idea.
 -Definitivamente no entiendo a las mujeres.- Se hundió en la silla.
-Qué curioso, durante toda la universidad parecía que sí.


Reí burlona. La comida nos fue entregada y Elrike volvió a su tarea principal. Aloin y yo pasamos el resto de la tarde juntos, hasta que se fue al hotel en el que se hospedaba. La idea de Eline seguía en mi cabeza, no estaría mucho tiempo en otro lado, sólo el necesario para poder estar segura de mis capacidades. 

Antes de irme a dormir tomé mi decisión: Trabajaría externamente un tiempo. El problema es saber si mi papá y mi mamá me dejarían. Tendré que proponérselo en cuanto lleguen a Alemania.



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