Primeramente, pondré qué es un metamorfo, y después daré inicio con la historia. Como dato, ya es sabido mi gigantesca afición por las criaturas sobrenaturales. Pese a que amo más a los demonios, decidí crear esta historia por... porque no tenía nada qué hacer. [LOL]
METAMORFO: Los metamorfos son seres humanos con la capacidad de cambiar su forma a la de un animal. El origen de esta especie se encuentra en la magia blanca más antigua de la humanidad.
DIARIO DE UN METAMORFO: PARTE 1
¿Por qué el amor siempre debe de ser tan difícil?
Estamos conectados con una sola persona, a quien tenemos
destinada desde que nacemos; El problema es encontrar a esa persona en el
momento preciso para no tener que pasar por situaciones descabelladas. Aunque
bueno, tampoco es como que crea en las locuras que dicen los mortales.
Primero que nada, me presento: Me llamo Alexander Cabrera,
soy un metamorfo. Ya sabes, esas criaturas que pueden tomar diferentes formas.
Yo, en especial, me transformo en un felino, si un gato doméstico; soy tierno y
apapachable, pero en mi forma de humano a veces me fastidia tener tanta
atención. Soy alto, ojos cafés y cabello rubio cobrizo.
Nunca he sido gato de una sola dueña, mi mejor amigo, un
demonio, que de diabólico no tiene nada, me recrimina hasta el cansancio que
debo sentar cabeza, buscar una chica que me quiera y dejar la vida que llevo.
Como dato respecto a mi vida: voy con mi forma de animal,
dejo qué una que otra mortal me consienta y me desaparezco; como humano voy,
coqueteo y, tras pasar un par de noches, desaparezco de la vida de las jóvenes.
También sirvo a la familia de demonios con la que tengo contrato, bueno, mi
familia tenía el contrato desde hace varias generaciones, pero eso es otro
asunto. Siempre ha sido así, nunca he pensado en sentar cabeza, hasta una
noche: La boda de mi mejor amigo.
—Una boda de demonios ¡Qué lindo! —Chille emocionado al ver
a mi amigo enfundado en su traje.
—Me va a encantar cuando yo diga: « ¡Una boda de metamorfos!» —Rió y yo le saque la lengua.
— ¿Alguna vez te he dicho que eres un fastidio cuando te enamoras?
—Lo dices desde hace 3 siglos, Alexander.
—Es que es la verdad, Said.
—Me va a encantar cuando yo diga: « ¡Una boda de metamorfos!» —Rió y yo le saque la lengua.
— ¿Alguna vez te he dicho que eres un fastidio cuando te enamoras?
—Lo dices desde hace 3 siglos, Alexander.
—Es que es la verdad, Said.
Said y yo salimos para encontrar al jefe de su clan. No eran
la gran cosa las uniones de este tipo, y menos para un demonio de baja
categoría, pero él quería hacer lo mejor posible para su duquesa del
inframundo. Su historia parece casi de libro: la chica rica se enamora del
pobre y termina dejando todo por él. Es cierto que Jessenia perdió mucho con
ese matrimonio, pero no le importó, se le ve feliz con mi mejor amigo.
Presencié una ceremonia nada fuera de lo normal: Palabras «bonitas,
un pacto de sangre y entrega de las prendas más importantes para cada uno. Lo
único que me pregunto: ¿No duelen esas enredaderas en sus muñecas para el pacto
de sangre? Después de eso, la pareja se fue a perder y yo regrese al mundo
mortal. No soy apegado a estar mucho tiempo en el inframundo o en mi manada.
Vagaba por las calles y entré en un bar cualquier. No sería
ni la primera ni la última vez que yo hacía eso. Me senté en la barra y pedí un
whisky; mientras lo tomaba vi pasar por la calle a una linda joven: Alta,
esbelta, de ojos grises, cabello negro. Vestía unos jeans ajustados y una blusa
roja ajustada, que resaltaba su buen cuerpo.
Dejé el dinero sobre la barra y salí al encuentro con la
joven. Corriendo entre la gente, le di alcance dos calles más adelante. Toque
ligeramente su hombro y ella se sobresalto, pero se giró para verme.
— ¿Hola? —Respondió algo desconfiada.
—Hola. Mi nombre es Alexander Cabrera ¿Puedo conocer el tuyo?
—Rubí. ¿A qué se debe su presentación?
—Bueno, es que la vi pasar y pensé: «Definitivamente debo saber quién es esa linda chica de rojo» —Le mire de un modo tierno— Por cierto, tu ropa hace juego con tu nombre.
—Gracias —Soltó una pequeña risa, divertida— ¿Qué haces por estas calles?
—Bueno, pasé a tomar una copa después de una boda. —Reí— ¿Tú?
— ¿Una boda? No pareces salido de una —Miró mi ropa y sonrió divertido— Voy algo de prisa, tengo que presentarme en la academia.
—Oh, perdona si te interrumpí. Una cosa antes de que te vayas ¿Podrías darme tu número telefónico? Quiero seguir conociendo a la linda chica de rojo.
—Está bien —Extendió una tarjeta de presentación hasta mi— Llámame cuando gustes y podrás seguir conociendo a la «linda chica de rojo»
—Rubí. ¿A qué se debe su presentación?
—Bueno, es que la vi pasar y pensé: «Definitivamente debo saber quién es esa linda chica de rojo» —Le mire de un modo tierno— Por cierto, tu ropa hace juego con tu nombre.
—Gracias —Soltó una pequeña risa, divertida— ¿Qué haces por estas calles?
—Bueno, pasé a tomar una copa después de una boda. —Reí— ¿Tú?
— ¿Una boda? No pareces salido de una —Miró mi ropa y sonrió divertido— Voy algo de prisa, tengo que presentarme en la academia.
—Oh, perdona si te interrumpí. Una cosa antes de que te vayas ¿Podrías darme tu número telefónico? Quiero seguir conociendo a la linda chica de rojo.
—Está bien —Extendió una tarjeta de presentación hasta mi— Llámame cuando gustes y podrás seguir conociendo a la «linda chica de rojo»
Ansioso, tome la tarjeta y asentí. Era la primera vez que me
sentía de esa manera. Me gustó verla sonreír desde el principio y el verle
siempre así se convirtió en mi principal objetivo.
—Te llamaré mañana mismo.
Sonrió divertida y asintió. Se despidió con un gesto de su
mano, para después abordar un taxi.
Mire embobado su taxi, hasta que lo perdí de vista. Revise
la tarjeta que me había dado y miré su título: Bailarina profesional. Creo que
eso explicaba su buen cuerpo y ese porte para caminar que tiene.
Desde ese día perdí ligeramente el sentido de lo que era yo.
Ya no me importaba encontrarme con nadie más que no fuera con ella: El chico
coqueto había desaparecido. Said me miraba asombrado cada que yo hablaba de
ella. Jessenia no podía creer que me hubiera fijado en una sola mortal. No
había duda que yo era más interesante que un fenómeno de circo.
Una noche como cualquiera, planeamos una cena en la casa de
los recién casados. Claro, en una del mundo humano ya que ella no podía entrar
al inframundo, a menos que quisiera morir. Algo casual, una salida entre
amigos, aunque no faltaron los comentarios de Said para molestarme y hacer
sonrojada a Rubí. ¡Se ve aún más linda sonrojada!
Tras la cena, me ofrecí a llevarla hasta su apartamento, a
lo cual ella no se negó.
— ¿Te cayeron bien mis amigos? —Pregunte apenado. ¿Quién
demonios los manda a estar diciendo esas cosas sin sentido?
— ¡Claro! —Comentó emocionada— Son bastante agradables, aunque parece que les gusta molestarte.
—Jessenia nunca había sido así, pero desde que está con Said se ha vuelto... —Sonreí divertido— Su frialdad por ser la duquesa del inframundo quedó en el olvido y pudo ser quien quería ser a lado de mi mejor amigo
— ¿Título de...duquesa del inframundo? —Pregunto divertida— ¿A qué ese apodo?
— ¡Eh! A nada en especial —Sonreí culposo y agradecí que hubiera pensado que era una broma— Bien, yo no sé la razón, cuando la conocí ya tenía el apodo.
—Es la primera vez que me topo con ese tipo de sobrenombres
— ¡Claro! —Comentó emocionada— Son bastante agradables, aunque parece que les gusta molestarte.
—Jessenia nunca había sido así, pero desde que está con Said se ha vuelto... —Sonreí divertido— Su frialdad por ser la duquesa del inframundo quedó en el olvido y pudo ser quien quería ser a lado de mi mejor amigo
— ¿Título de...duquesa del inframundo? —Pregunto divertida— ¿A qué ese apodo?
— ¡Eh! A nada en especial —Sonreí culposo y agradecí que hubiera pensado que era una broma— Bien, yo no sé la razón, cuando la conocí ya tenía el apodo.
—Es la primera vez que me topo con ese tipo de sobrenombres
Asentí y la invite a sentarnos un rato en una banca del
parque por el que pasábamos. Realmente quería formalizar una relación con ella.
Me gustaba y mucho, mis amigos la aceptaron de inmediato ¿Qué más podía yo
pedir? Era la chica ideal para mí.
—Rubí —Rompí el silencio una vez que nos sentamos juntos—
Quiero confesarte algo.
—Dime Alexander ¿Pasa algo grave? —Preguntó preocupada.
—No, no, nada de eso —Negué frenético con ambas manos— Es solo que...
—Habla tranquilo, yo te escucho —Me sonrió y posó su mano en mi hombro.
—La verdad es que me gustas y mucho. Desde que te vi pasar frente a ese bar me atrajiste. Eres bastante bonita, una gran persona, mis amigos te adoraron de inmediato al igual que yo. Simplemente eres ideal para alguien como yo. Tal vez no soy la mejor persona del mundo— Tampoco del mundo inmortal— pero realmente quiero intentar algo contigo, cambiar al gato coqueto que soy y tener una pareja estable por primera vez en la vida. ¿Quisieras ayudar a este gato a redimirse de sus actos pasados?
—Dime Alexander ¿Pasa algo grave? —Preguntó preocupada.
—No, no, nada de eso —Negué frenético con ambas manos— Es solo que...
—Habla tranquilo, yo te escucho —Me sonrió y posó su mano en mi hombro.
—La verdad es que me gustas y mucho. Desde que te vi pasar frente a ese bar me atrajiste. Eres bastante bonita, una gran persona, mis amigos te adoraron de inmediato al igual que yo. Simplemente eres ideal para alguien como yo. Tal vez no soy la mejor persona del mundo— Tampoco del mundo inmortal— pero realmente quiero intentar algo contigo, cambiar al gato coqueto que soy y tener una pareja estable por primera vez en la vida. ¿Quisieras ayudar a este gato a redimirse de sus actos pasados?
Me miró atónita y enternecida. Paso la mano por mi mejilla,
a lo cual no pude evitar ronronearle. Sus caricias eran bastante cálidas, me
hacían recordar lo bueno de mi manada, el calor de hogar; ¡Amaba que me
acariciara! Aunque tampoco es como si lo hiciera muy seguido. Algo extrañada
por mi ronroneo, asintió ligeramente con la cabeza.
—No estoy del todo segura del porque te refieres a ti como
un gato, pero me encanto tu confesión. Debo admitir que tú también me gustaste
desde el primer momento en que te vi. Tu tierna forma de ser conmigo, tus
bromas y tus pequeños berrinches cuando te hago enojar de vez en cuando. Al
principio creí que eras un conquistador más, pero al irte conociendo me di
cuenta de que tenias mucho más que dar, algo que no es simplemente una cara
bonita. Nunca creí que yo iba a llegar a ser esa persona que tú necesitabas
para cambiar.
— ¿Quieres salir conmigo?
— ¡Claro que quiero salir contigo! Espero poder ayudar al gato para que deje de estar de coqueto.
— ¿Quieres salir conmigo?
— ¡Claro que quiero salir contigo! Espero poder ayudar al gato para que deje de estar de coqueto.
Le abrace emocionado y, por primera vez, la bese como tanto
anhelaba. El sentir nuestros labios unidos fue una sensación única, el sabor de
su boca era simplemente exquisito, la ternura de ese beso era una delicia. La
sensación y la delicia del primer beso, fue tal cual me la había imaginado en
mis fantasías nocturnas. Nos separamos lentamente, solo para mirarnos a los
ojos.
—Hay sólo una cosa que no sabes sobre mi— Dije casi en un
susurro— Prometo decírtelo con el tiempo y en el momento preciso.
—Esperaré el tiempo necesario, mi dulce y adorable gatito— Acarició mi cabellera y ronronee otra vez— Me gusta eso que haces.
— ¿Te refieres a mi ronroneo?
—Sí.
—Alégrate, a muy pocas personas les ronroneo.
—Esperaré el tiempo necesario, mi dulce y adorable gatito— Acarició mi cabellera y ronronee otra vez— Me gusta eso que haces.
— ¿Te refieres a mi ronroneo?
—Sí.
—Alégrate, a muy pocas personas les ronroneo.
—Me siento una dueña muy afortunada.
Bromeó y yo reí. Le bese nuevamente, para después seguir con
el camino a su apartamento. Realmente podría acostumbrarme a besar sus labios
una y otra vez. Tengo una nueva adicción: Ella. Ella me llena por completo,
sinceramente no podría sobrellevar una vida sin ella. O eso creía.
Pasaron dos semanas de noviazgo con ella. Todo iba bien, pero
cada día se me hacía más difícil olvidar mi naturaleza felina.
Pasábamos la noche en su apartamento. Mirábamos una
película. Supuse que era el momento adecuado, tal vez sólo porque estaba
acurrucado en sus piernas y ronroneando ante sus caricias, no lo sé. Me
incorporé y le miré de frente. Pause la película.
— ¿Recuerdas que te dije que había algo que no sabias de mi?
—A la perfección gatito ¿Por qué?
—Ha llegado el momento que te diga mi secreto.
—Te escucho.
— ¿Crees en que existen criaturas diferentes?
— ¿Algo así como ángeles, demonios y ovnis? En los últimos creo, pero no en los dos primeros.
— ¿Alguna vez has escuchado hablar de un metamorfo?
—Me suenan, pero realmente los desconozco ¿Qué son?
—Un metamorfo es una criatura, un hombre o mujer, con la capacidad de transformarse en uno o más animales. Los más conocidos son los hombres lobo, pero a ellos se les conoce como licántropos.
—Oh... Vaya pero ¿A qué viene todo eso?
—Yo... Soy un metamorfo. Soy mitad hombre y mitad gato.
—Eso... Eso no es posible —Comentó bastante alterada y sorprendida por mi confesión— Esas criaturas son ficción, cosa de las películas o libros.
—No, no lo somos. En este mundo hay de todo, aunque nos mantenemos ocultos. Has convivido con un metamorfo y con una pareja de demonios.
— ¡Eso es imposible! —Renegó bastante nerviosa— Si es así... Muéstrame que es cierto, conviértete en la cosa que dices ser.
—Primeramente ¿Nunca te pareció raro que te ronroneara cada que estaba feliz?
—Bastante, pero creí que era un juego.
—Nada de eso.
—A la perfección gatito ¿Por qué?
—Ha llegado el momento que te diga mi secreto.
—Te escucho.
— ¿Crees en que existen criaturas diferentes?
— ¿Algo así como ángeles, demonios y ovnis? En los últimos creo, pero no en los dos primeros.
— ¿Alguna vez has escuchado hablar de un metamorfo?
—Me suenan, pero realmente los desconozco ¿Qué son?
—Un metamorfo es una criatura, un hombre o mujer, con la capacidad de transformarse en uno o más animales. Los más conocidos son los hombres lobo, pero a ellos se les conoce como licántropos.
—Oh... Vaya pero ¿A qué viene todo eso?
—Yo... Soy un metamorfo. Soy mitad hombre y mitad gato.
—Eso... Eso no es posible —Comentó bastante alterada y sorprendida por mi confesión— Esas criaturas son ficción, cosa de las películas o libros.
—No, no lo somos. En este mundo hay de todo, aunque nos mantenemos ocultos. Has convivido con un metamorfo y con una pareja de demonios.
— ¡Eso es imposible! —Renegó bastante nerviosa— Si es así... Muéstrame que es cierto, conviértete en la cosa que dices ser.
—Primeramente ¿Nunca te pareció raro que te ronroneara cada que estaba feliz?
—Bastante, pero creí que era un juego.
—Nada de eso.
Me puse en cuatro, sobre la alfombra de su casa, me
concentre lo bastante bien y me transforme rápidamente. Mis manos y piernas
fueron reemplazadas por cuatro patas cortas y peludas, del término de mi
espalda nació mi cola; las facciones humanas se transformaron en las de un
animal, mis pequeños ojos redondos se volvieron alargados y verdes. De mis
mejillas crecieron bigotes largos y casi transparentes. Todo mi cuerpo estaba
cubierto de un pelaje suave, brillante y de color negro. Una vez concretada mi
transformación, miré a Rubí, quien me observaba aterrada. Maullé y moví la cola
y orejas.
— ¿A...Alexander?
—Meow...
—No puedo creerlo. Debo estar soñando ¿Verdad?
—Meow...
—No puedo creerlo. Debo estar soñando ¿Verdad?
Negué ligeramente con la cabeza. Subí nuevamente al sofá y
luego a sus piernas. Busque la posición más cómoda y así me quede. Rubí, con su
mano temblando, me acarició, a lo que correspondí con mis típicos ronroneos. Un
instante después, se desmayo de la impresión.
Un par de minutos después, en los que mis dos mejores amigos
llegaron, Rubí finalmente despertó. Nos miro a todos alternadamente. Jessenia
le acercó de inmediato un vaso con agua. A duras penas logró beber un par de
sorbos.
— ¿Estás mejor, princesa?
—Sí, algo —Sonrió levemente— Acabo de tener un sueño extraño, te veía transformado en gato... Me decías que eras un metamorfo y ellos —Señaló a Said y a Jessenia— una pareja de demonios.
—Reencarnación de Astartea, para tu información. Duquesa del inframundo que dejó todo por el demonio distraído que más he amado en toda mi eternidad —Mencionó, y se giro ligeramente hacia Said al decir lo último.
—Yo sólo soy un simple demonio... —Se encogió de hombro— Bastante habilidoso, pero nada más.
—Por cierto yo fui a su boda y fue realmente extraño. Odio ir al inframundo.
—Ustedes deben de estar bromeando. —Musito sería— ¿No creen que esto ya fue bastante lejos?
—Querida —Tomo Jessenia las manos de Rubí— Me encantaría decirte que esto es un sueño y que tú novio solo es un sujeto que le da por ronronear, pero la verdad es que él es un metamorfo y mi marido y yo somos un par de demonios.
—Eso no puede ser cierto. ¡Simplemente no puede! —Grito— Ahora les pido que los tres salgan de aquí...
—Si eso quieres. Pero realmente no mentimos —Intervino Said— Así como Alexander se puede convertir ante tus ojos, nosotros podemos comprobar lo que decimos.
—No quiero ver nada más. ¡VÁYANSE!
—Sí, algo —Sonrió levemente— Acabo de tener un sueño extraño, te veía transformado en gato... Me decías que eras un metamorfo y ellos —Señaló a Said y a Jessenia— una pareja de demonios.
—Reencarnación de Astartea, para tu información. Duquesa del inframundo que dejó todo por el demonio distraído que más he amado en toda mi eternidad —Mencionó, y se giro ligeramente hacia Said al decir lo último.
—Yo sólo soy un simple demonio... —Se encogió de hombro— Bastante habilidoso, pero nada más.
—Por cierto yo fui a su boda y fue realmente extraño. Odio ir al inframundo.
—Ustedes deben de estar bromeando. —Musito sería— ¿No creen que esto ya fue bastante lejos?
—Querida —Tomo Jessenia las manos de Rubí— Me encantaría decirte que esto es un sueño y que tú novio solo es un sujeto que le da por ronronear, pero la verdad es que él es un metamorfo y mi marido y yo somos un par de demonios.
—Eso no puede ser cierto. ¡Simplemente no puede! —Grito— Ahora les pido que los tres salgan de aquí...
—Si eso quieres. Pero realmente no mentimos —Intervino Said— Así como Alexander se puede convertir ante tus ojos, nosotros podemos comprobar lo que decimos.
—No quiero ver nada más. ¡VÁYANSE!
Solté un suspiro y asentí suavemente. Creo que lo que le
contamos no era la cosa más sencilla de creer. Mis amigos trataron de subirme
el ánimo, pero lo único que quería era estar solo, hasta que Rubí se hiciera a
la idea de que, criaturas como nosotros no sólo existían en la ficción de las
personas.
Pasaron al menos dos semanas, donde no supe nada de Rubí.
Poco a poco mis esperanzas se iban apagando. Realmente pensaba que no volvería
a hablarme, porque claro, es tan normal que tu novio de un día a otro te diga
que es una criatura sobrenatural.
Era viernes por la mañana, había decidido que era tiempo de
buscar una nueva dueña, pero el sonido del timbre me hizo detener mis acciones.
Regrese a mi forma humana, acomode mis ropas y abrí la puerta. Era Rubí. Una
radiante sonrisa se dibujo en mi rostro, ella se veía abrumada por la
situación.
—Hola Alexander.
—Rubí... ¿Deseas pasar?
—Sí, gracias.
—Sí, gracias.
Su voz estaba claramente apagada. Lo primero que pensé: «Va
a terminar conmigo. A no ser que lo haya hecho desde esa noche». Me hice a un
lado y la dejé pasar. Casi de inmediato le ofrecí un vaso con agua. Nos
sentamos en el sofá y comenzó a hablar.
—No es lo más grato enterarte que tu novio es una criatura
fuera de este mundo. —Suspiro y tomó un poco de agua— Estuve investigando.
¿Eres de magia blanca o magia negra?
—Bueno, realmente todos los metamorfos fuimos creados a partir de la magia blanca, el problema apareció en una guerra entre varias criaturas mágicas; Algunos fueron engañados para unirse a los demonios como ejército. Mi tribu, por ejemplo, siempre ha servido a la magia negra y sirve a una familia demonios con la que hacemos contrato por protección, aunque eso no me hace malo. De hecho, soy una especie de rebelde, pues no me gusta el concepto de frialdad que debemos llevar...soy como un renegado. Por eso soy como soy.
— ¿Y no hay problema de que seas amigo de otros demonios, aún sirviendo a tu familia original?
—Bueno, realmente todos los metamorfos fuimos creados a partir de la magia blanca, el problema apareció en una guerra entre varias criaturas mágicas; Algunos fueron engañados para unirse a los demonios como ejército. Mi tribu, por ejemplo, siempre ha servido a la magia negra y sirve a una familia demonios con la que hacemos contrato por protección, aunque eso no me hace malo. De hecho, soy una especie de rebelde, pues no me gusta el concepto de frialdad que debemos llevar...soy como un renegado. Por eso soy como soy.
— ¿Y no hay problema de que seas amigo de otros demonios, aún sirviendo a tu familia original?
Reí ligeramente y negué con un suave movimiento de cabeza.
—Ellos no lastiman a nadie. Solo se encargan de las almas
con las que hacen contrato. Bueno, Jessenia tenía otras funciones, pero al ser
degradada se le restaron poderes y habilidades. Aunque desde que se casaron no
prestan tanta atención a las almas, por eso no tengo problema alguno.
—Ya veo... —Hizo una pausa— Bien, tarde un poco en entenderlo, pero finalmente me he hecho a la idea. Pese a que eres algo poco común, deseo seguir a tu lado. Alexander, te quiero como a nadie y, aún si es difícil, estaré contigo siempre.
—Ya veo... —Hizo una pausa— Bien, tarde un poco en entenderlo, pero finalmente me he hecho a la idea. Pese a que eres algo poco común, deseo seguir a tu lado. Alexander, te quiero como a nadie y, aún si es difícil, estaré contigo siempre.
Yo no pude estar más feliz nunca antes. Me lance a abrazarla
y ronronear en sus brazos. Ella rió suavemente. Supongo que se va a tener que
acostumbrar a mis ronroneos.
Fue algo difícil, pero la relación se lleva adelante. O al
menos, eso es lo que Rubí cree.
Yo sólo soy un simple demonio... me recuerda a sebastian *-*
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