Esta será la última vez que hable de Mao…recordar cada
palabra, cada momento, cada caricia es algo que me mata lentamente desde que empecé
a relatar esto…simplemente no debí escribir nada de lo que pasé con él, no
puedo cargar más con estos recuerdos que tanto mal me hacen; tal vez nunca debí
de haberlo conocido… tal vez simplemente debí aparentar que no recordaba nada
pero al ver una noticia de la banda… ¡OH DIOS! Todo se me vino a la mente.
Nunca he entendido el porqué de mi estúpida decisión es
decir en la “relación” (sí es que eso se podría llamar así) iba más que
perfecto, nos entendíamos, no había celos, nos veíamos cada que podíamos sin el
miedo de que alguien más llegara y ocupara el lugar que nos correspondía ya
que… no teníamos lugar alguno en la vida del otro. A veces creo que por el
tonto hecho de querer buscar algo más de estabilidad en mi vida fue que termine
como estoy…sí, soy feliz, o lo era hasta que recordé el final de esto.
Todo el comenzó en diciembre del 2013, era la madrugada del
28 de diciembre, los chicos acababan de terminar el Visual BANG!~SID 10th Anniversary FINAL PARTY,
los 4 chicos y yo nos dirigíamos a nuestras casas, aunque Mao esa noche la pasó
conmigo.
Él ambiente en la camioneta era bueno, Shinji, Aki, Yuuya y
Mao estaban felices por el éxito logrado en su carrera.
-¡Hey Mao!-comentó Yuuya-¿cómo pasarás esta madrugada?
-Nada en especial-dijo mientras se hundía en su asiento-
creo que iré a ver a Maro y Petty
-¡Ey Rose!-se acercó Aki- deberías llevártelo de paseo…
últimamente no ha salido del estudio…ni con Yuuya
-¿En serio?-lo miré sorprendida, Mao por más ocupado que
estuviera siempre salió con Yuuya
-Sí…y es raro...nunca niega una invitación suya.
-Exacto pero…-la voz de Shinji interrumpió mi idea
-Ustedes 2, dejen de estarse secreteando-rió- parece que
planean la dominación del mundo
-No del mundo pero sí de Japón-contesto Aki- aunque bueno, eso es algo que llevamos de gane, ¿o no muchachos?
-¡Claro!-contestaron los demás
Los 5 alzamos nuestras latas de cerveza en un brindis.
-Porque la banda SID continúe con su éxito como hasta ahora-dije
-POR SID- se unieron los demás en un grito de alegría y emoción por su trabajo.
-No del mundo pero sí de Japón-contesto Aki- aunque bueno, eso es algo que llevamos de gane, ¿o no muchachos?
-¡Claro!-contestaron los demás
Los 5 alzamos nuestras latas de cerveza en un brindis.
-Porque la banda SID continúe con su éxito como hasta ahora-dije
-POR SID- se unieron los demás en un grito de alegría y emoción por su trabajo.
Al poco rato llegamos a la casa de Shinji, de ahí fuimos a la de Aki, pasamos por la de Yuuya hasta quedar solamente Mao y yo juntos en la camioneta.
-¿En serio no harás nada esta noche?
-Claro que tengo planeado algo, preciosa-sonrió coquetamente como era su costumbre.
-¿y qué es lo que planeas?
Se acerco a mí, me tomo por la cintura y me beso tiernamente recostándome sobre el asiento en el que estábamos; La camioneta estaba aún en movimiento a la mitad de un beso un poco más profundo, donde ambos explorábamos la boca del otro con sumo cuidado; cuando menos nos dimos cuenta nos encontramos en el suelo de la camioneta, con los papeles invertidos, yo sobre Mao, sin más que hacer reímos por el frenon que ocasionó nuestra caída, retomamos nuestros asientos y continuamos con él, ya corto, camino a casa de Mao.
Dos calles más y finalmente llegamos, ambos bajamos de la camioneta, nos despedimos de Zack, quien conducía y vimos desaparecer el auto.
Mao me tomo por la cintura, buscamos los labios del otro y después de un largo beso bajo las estrellas entramos a su casa; dentro de esta, salude a Maro y Petty, amaba a sus mascotas, eran completamente adorables. Petty me recibió con lamidas en mis mejillas mientras que Maro ronroneaba cerca mío.
-Les agradas demasiado-comentó Mao desde la cocina.
-El agrado es recíproco-reí mientras acariciaba a ambos
-¿Y qué hay de mi?-regreso con otras 2 latas de cerveza
-Tengo un mayor agrado hacía a ti, por obvias razones.
-¿En serio?-pregunto con casi inocencia en su voz
-Claro que sí-reí-¿Acaso no se nota?
-Tal vez un poco
Tomamos de nuestra respectiva lata de cerveza, Mao
“accidentalmente” dejo caer un poco de bebida sobre sus labios, la gota de este
iba recorriendo su barbilla y siguió bajando hasta perderse en su cuello, yo no
supe ni que decir, esa gota recorriendo su suave piel provoco un escalofrío que
recorrió todo mi ser.
Mao, al notar mis reacciones, soltó una risita triunfal, desde siempre lograba lo que quería conmigo, alteraba mis sentidos, controlaba mis pensamientos y desenfrenaba mis sentimientos con un simple movimiento, ya fuera por sus tiernas facciones o por la forma tan provocativa que tenía de hacer las cosas; Mao conocía a la perfección sus atributos, así que no dudaba en sacar provecho de ellos.
Me voltee y quede de espaldas a él, no quería que siguiera notando mi nerviosismo pero cuando me di cuenta, unas blancas y suaves manos rodeaban mi cintura mientras que sentía una suave respiración en mi cuello; la piel que tenía contacto con la suya se erizo, me hizo sentir demasiado con solo un toque, voltee mi cara y pose mis labios sobre los suyos, tome una de sus manos y con la otra jugaba con su rubio cabello.
Rompimos el beso y me llevo hasta su habitación, me tumbo sobre la cama y no dijo nada más, me saco la playera y derramo un poco de bebida en mi pecho, me estremecí al sentir lo frío de la cerveza recorrer mi cuerpo pero poco a poco el frío fue disminuyendo gracias a sus besos y su lengua que recorrían cada parte de mi ser, estaba extasiada, mi corazón latía a mil por hora, aunque había estado con él en esas circunstancias en meses pasados, esta vez era completamente diferente, le estaba entregando tal vez algo más que mi cuerpo…¿mi corazón? No…no era posible, no entre nosotros ya que solo podíamos ser amigos, bueno amigos con derecho pero…ya no sé.
Aproximadamente a las 3 de la mañana, luego de tratar diferentes posiciones, ambos terminamos rendidos en la cama; Mao me sostenía con dulzura entre sus brazos, acaricie su pecho desnudo y no dije nada más, anteriormente solo íbamos, nos acostábamos y ya…nunca había habido reacción extra por parte de ninguno de los dos, hasta hoy…cada beso, cada caricia, movimiento y susurro…, le entregue todo de mi, todo lo que yo podía darle a un hombre…no le di solo mi cuerpo esta noche, le di también mi corazón…después de tanto había descubierto lo que me hacía sentir, el único problema era saber lo que pasaba por la cabeza de Mao; Esa madrugada ya no dije nada, solo dormí plácidamente en su cama.
Los rayos del sol tardío pegaban en mi rostro, frote mis ojos y me senté en la cama, busque con la mirada mi teléfono y vi asombrada la hora… ¡ERAN LAS DOS DE LA TARDE! No me la creía, ¿en verdad había dormido tanto?
Suspire y busque mi ropa, cuando estuve presentable seguí el olor a tabaco que provenía de la sala de estar; Mao se encontraba jugando con Maro mientras Petty dormía una pequeña siesta vespertina, me acerque en silencio hasta el borde del sillón.
-Te llamaron en la mañana-comentó un tanto molesto.
-¿A qué te refieres?
-Tu teléfono…un tal Adam te buscaba
-¿Adam?
-Él y tu hermano Alejandro llamaron…no supe que querían, colgaron casi de inmediato al escucharme.
-Celos de hermano, he de suponer.
-Cómo sea- exhalo el humo del cigarro- ¿Dormiste bien?
-Sí, gracias y perdona por despertar hasta ahora
-No te preocupes-tomo a Maro en sus brazos mientras le acariciaba la cabeza-te veías tranquila así que decidí dejarte
-Gracias- sonreí
Cocine algo para los 2, comimos y me acompaño hasta mi casa, no tuve el valor de decirle que comenzaba a sentir algo más que amistad hacía él, ni tampoco para avisarle que en 2 días yo regresaba a Chicago, y lo peor del caso, a reencontrarme con mi prometido.
Los 2 días siguientes no pude ver a Mao, creo que no vi a nadie más que a Yuuya, quien estaba jugando con Shokora en el parque cuando yo volvía de la oficina, una noche antes de mi partida.
-¡Yuuya!-sonreí y me acerque a él
-Hola Rose ¿a penas sales?
-Es que me quede para terminar cosas pendientes en la oficina-baje la mirada- puedo hablar
contigo un momento?
-¡Claro que sí!
Mao, al notar mis reacciones, soltó una risita triunfal, desde siempre lograba lo que quería conmigo, alteraba mis sentidos, controlaba mis pensamientos y desenfrenaba mis sentimientos con un simple movimiento, ya fuera por sus tiernas facciones o por la forma tan provocativa que tenía de hacer las cosas; Mao conocía a la perfección sus atributos, así que no dudaba en sacar provecho de ellos.
Me voltee y quede de espaldas a él, no quería que siguiera notando mi nerviosismo pero cuando me di cuenta, unas blancas y suaves manos rodeaban mi cintura mientras que sentía una suave respiración en mi cuello; la piel que tenía contacto con la suya se erizo, me hizo sentir demasiado con solo un toque, voltee mi cara y pose mis labios sobre los suyos, tome una de sus manos y con la otra jugaba con su rubio cabello.
Rompimos el beso y me llevo hasta su habitación, me tumbo sobre la cama y no dijo nada más, me saco la playera y derramo un poco de bebida en mi pecho, me estremecí al sentir lo frío de la cerveza recorrer mi cuerpo pero poco a poco el frío fue disminuyendo gracias a sus besos y su lengua que recorrían cada parte de mi ser, estaba extasiada, mi corazón latía a mil por hora, aunque había estado con él en esas circunstancias en meses pasados, esta vez era completamente diferente, le estaba entregando tal vez algo más que mi cuerpo…¿mi corazón? No…no era posible, no entre nosotros ya que solo podíamos ser amigos, bueno amigos con derecho pero…ya no sé.
Aproximadamente a las 3 de la mañana, luego de tratar diferentes posiciones, ambos terminamos rendidos en la cama; Mao me sostenía con dulzura entre sus brazos, acaricie su pecho desnudo y no dije nada más, anteriormente solo íbamos, nos acostábamos y ya…nunca había habido reacción extra por parte de ninguno de los dos, hasta hoy…cada beso, cada caricia, movimiento y susurro…, le entregue todo de mi, todo lo que yo podía darle a un hombre…no le di solo mi cuerpo esta noche, le di también mi corazón…después de tanto había descubierto lo que me hacía sentir, el único problema era saber lo que pasaba por la cabeza de Mao; Esa madrugada ya no dije nada, solo dormí plácidamente en su cama.
Los rayos del sol tardío pegaban en mi rostro, frote mis ojos y me senté en la cama, busque con la mirada mi teléfono y vi asombrada la hora… ¡ERAN LAS DOS DE LA TARDE! No me la creía, ¿en verdad había dormido tanto?
Suspire y busque mi ropa, cuando estuve presentable seguí el olor a tabaco que provenía de la sala de estar; Mao se encontraba jugando con Maro mientras Petty dormía una pequeña siesta vespertina, me acerque en silencio hasta el borde del sillón.
-Te llamaron en la mañana-comentó un tanto molesto.
-¿A qué te refieres?
-Tu teléfono…un tal Adam te buscaba
-¿Adam?
-Él y tu hermano Alejandro llamaron…no supe que querían, colgaron casi de inmediato al escucharme.
-Celos de hermano, he de suponer.
-Cómo sea- exhalo el humo del cigarro- ¿Dormiste bien?
-Sí, gracias y perdona por despertar hasta ahora
-No te preocupes-tomo a Maro en sus brazos mientras le acariciaba la cabeza-te veías tranquila así que decidí dejarte
-Gracias- sonreí
Cocine algo para los 2, comimos y me acompaño hasta mi casa, no tuve el valor de decirle que comenzaba a sentir algo más que amistad hacía él, ni tampoco para avisarle que en 2 días yo regresaba a Chicago, y lo peor del caso, a reencontrarme con mi prometido.
Los 2 días siguientes no pude ver a Mao, creo que no vi a nadie más que a Yuuya, quien estaba jugando con Shokora en el parque cuando yo volvía de la oficina, una noche antes de mi partida.
-¡Yuuya!-sonreí y me acerque a él
-Hola Rose ¿a penas sales?
-Es que me quede para terminar cosas pendientes en la oficina-baje la mirada- puedo hablar
contigo un momento?
-¡Claro que sí!
Me extendió la mano y me llevo a su casa a tomar una taza de café, ya que al llevar a Shokora consigo, sería un tanto problemático ir a una cafetería; La casa de Yuuya, a comparación de la de Mao, estaba muy ordenada; lo espere en la sala de estar mientras el volvía con dos tazas que dejo en la mesa de cristal frente a nosotros.
-¿qué pasa?
-Es que-hice una pausa- volveré a Chicago mañana por la mañana
-¿Y eso?-me miro boquiabierto- ¿Mappy lo sabe?
-No he tenido la oportunidad de decírselo
-¿volverás?
-No lo sé, pero-lo mire- Yuuya, ¿tú sabes cuales eran las condiciones de nuestra relación?
-La verdad es que no- sus labios se despegaron de la taza- Mao nunca a hablado de su relación, es algo cerrado con ese tema.
-Es algo sencillo, nada fuera del otro mundo- Jugaba con los pulgares de mis manos- no podíamos enamorarnos del otro…o más bien, no deberíamos de aspirar más que a un free entre ambos.
-Simples amigos con derechos-rió tiernamente- Y quiero pensar que ya quieres algo más con él ¿no es así?
-En efecto- me sonroje- la noche de la fiesta del décimo aniversario fuimos a su casa, paso lo que tuvo que pasar…pero no solo fue entrega de cuerpo, sino también de corazón por mi parte.
-¿Te vas por eso?
-¡NO!-suspire- son asuntos familiares.
Saque de mi bolso un sobre lila y se lo extendí a Yuuya quien me miraba atentamente a los movimientos que hacía, se le veía intrigado por la situación, al parecer no era la única que no hablaba de la relación entre ambos…ninguno de los 2 decía palabra alguna.
-Quiero que le des este sobre a Mao el 10 de febrero.
-¿10 de Febrero?
-Eso solo sí para esas fechas no he vuelto
-En sí ¿qué harás?-rió-sí se puede saber.
-Como te digo, son asuntos de mi familia, cuando vuelva
espero explicarles.
-Sí así lo prefieres.
Supuse que era lo mejor no dar una noticia tan apresurada,
tal vez en mi viaje de regreso podía arreglar las cosas y volver a Japón para
poder seguir con Mao pero es que… ¿a quién se le ocurre enamorarse sabiendo que
está comprometida desde hace mucho tiempo atrás?; Me despedí de Yuuya, me fui a
mi casa y observe por última vez las calles de Tokio.
En la tarde del día siguiente me encontraba arribando a
Chicago, ni mis padres, ni mis hermanos o Viviana para recogerme, suspiré
desanimada ya que esperaba verlos; me aleje unos 2 metros del andén y me tope con un par de
ojos grisáceos, una sonrisa acogedora y
un aroma a vainilla frente a mí.
-¿Rose?
-Adam…
-¡Preciosa!-sonrió- vaya que has crecido ¿cómo has estado? ¿Qué
tal tú trabajo en Japón?
-Bien, creo que no puedo quejarme, no llevaba mucho tiempo
allá cuando volví…las costumbres de ese país son…interesantes
-Pues…sí te parece podemos pasar allá la luna de Miel
-¡NO!-Grite- preferiría hacerlo en Italia…también es de mi interés
-Será como tú prefieras
Adam cargo mi maleta y de la mano nos fuimos hasta su casa;
Era hora de completar la promesa que habíamos hecho desde los 13 años
<<Adam me defendía
de todos los que me molestaban…era casi como mi príncipe azul… o más bien rojo,
ya que nunca me gusto azul del todo. Nuestras familias se llevaban muy bien y
un día en el jardín de su casa ocurrió lo inesperado.
-Sabes Rose, me gustas
mucho y honestamente quisiera pasar el resto de mi vida contigo
-Pero somos muy
pequeños aun
-Podemos hacer una
promesa…y un contrato
-¿Contrato?
-Sí…algo así que quede
constado que de grandes nos casaremos…no perteneceremos a nadie más ¿qué dices?
-¡Me
encantaría!-sonreí con inocencia…realmente no sabía que hacía en él momento- No
me imagino mi vida con alguien que no seas tú
-¡Perfecto!-contestó
emocionado- le diré a papá para que haga los trámites necesarios, desde este
momento estamos comprometidos
Salió corriendo hacía
la gran puerta de cristal que daba a la sala de su casa y me quedé esperando en
el jardín…me acababa de atar la soga al cuello y no tenía ni idea del por qué…a
la semana, Adam llegó con sus padres a mi casa, nuestras familias estuvieron de
acuerdo, firmaron el contrato (él cual era completamente legal) y quedamos
comprometidos, aunque a los 4 años de eso,
Adam se fue con sus padres a Rusia y no volví a saber de él…aunque tenía la
esperanza de que el recordara nuestro trato y volviera por mi>>
Tanto vino a mi mente al momento de nuestro reencuentro… no
sabía que sentir… ni que decir…es que… Adam siempre me hacía sentir segura,
querida, protegida…simplemente amada al cien por ciento; con Mao… todo se
volvió tan confuso de repente pero había
que estar consciente de las reglas de mi relación con él, simples amigos con derecho,
no tenía caso que siguiera fantaseando con él y mucho menos que viviera
esperanzada en algo que, probablemente, nunca sería, lamentaba no haberme
despedido de él pero…creo que así fue mejor.
El año nuevo y los meses siguientes los pasé a lado de mi
familia en Chicago, mis hermanos no tragan a Adam y Viviana no cree del todo
mis sentimientos hacía él.
9 de febrero 2014, a las 3 de la tarde recibía una llamada
de un número desconocido, contesté el teléfono y no supe ni que decir.
-Así que te casas el 28 de este mes… ¿verdad?
Su voz era una mezcla de tristeza, sorpresa e indiferencia tal vez fingida…a duras penas
pude contestarle a su pregunta.
-En efecto
-Gracias por avisarme, solo quería confirmarlo, suerte en tu
vida que seas feliz.
-Gracias-mis ojos se cristalizaron- hasta luego, me despides
de los demás ¿por favor?
-Claro, espera están aquí despídete tú de ellos
Se escuchó que pulsó una
tecla de su teléfono y cada uno de los chicos hablo.
-¡Rose!-dijo Aki- no se vale, te casas y no invitas siquiera
-En eso tiene mucha razón Aki-comentó Shinji- buena suerte…aunque
quiero hablar contigo después
-Puedes marcarme cuando quieras, mi número lo tiene Mao…
-No sé ni que decirte-dijo Yuuya- creo que solo…suerte.
-Gracias Yuuya
-¡ROSE!-escuché la voz de Adam-Vámonos
-Los dejo muchachos…fue un placer hablar con ustedes… les
enviaré en unos días la invitación por si quieren venir
-¡Perfecto!-respondieron los 4 al unísono
Colgué el teléfono y llegue con Adam, recogimos invitaciones
y recuerdos para la boda ese día, mi vestido estaba listo, al igual que el de
mis damas de honor… no sabía ya ni que decir…esa llamada me había sacado de mi
cordura aunque la que tuve a las 10 de la noche fue más loca todavía.
-¿Rose?
-¿Quién habla?
-Platicaste conmigo esta mañana ¿y no me reconoces?, te daré
una pista soy un guitarrista de cabello negro
-¡Shinji!-reí- ¿qué pasa?
-¿Por qué no dijiste nada cuando te fuiste de Japón?
-Creía que podría interrumpir mi boda…pero, muchas cosas
pasaron por mi mente, así que siguió en pie
-¿Sabes lo que sintió Mao al no encontrarte ya?
-No creo que mucho…no me busco hasta ahora
-Yuuya, en cuanto pregunto por ti por primera vez, le dio la
carta que tú le habías dejado, no dijo nada y se desapareció por una semana…no
contestaba llamadas ni atendía a su casa
-¿Qué le pasó?
-Nadie sabe
-¿Alguna vez te has preguntado que siente él por ti?
-La verdad es que no
-Debiste de hacerlo antes de tomar la decisión de no
interrumpir tú boda-suspiró- no sabemos si podremos ir a tú boda, así que suerte.
Hasta luego
Shinji colgó el teléfono sin dejarme la posibilidad de
contestarle algo, me tiré en la cama, la verdad es qué nunca me puse a pensar
en lo que él sentía, aunque bien sabía que al buen entendedor buenas palabras y
como el trato de nuestra relación era nunca pasar de amistad, tenía en la mente
que solo sería un momento de pasión entre ambos; Lamentablemente ya no tenía tiempo para
pensar en eso… en unos días me casaría, así que no había marcha atrás.
Los días transcurrieron y el día de mi boda me sentía feliz,
aunque un tanto nostálgica por lo que había hecho, mi vestido fue simple, y
algo corto, nunca me gusto un estilo de princesa para nada.
Tomé mi brazalete de Luxe de Dress y lo use ese día, llegue
a la iglesia y durante la ceremonia me sentía intranquila, cómo si una mirada
estuviera sobre mi aunque decidí no darle importancia.
Terminada la ceremonia nos fuimos al salón donde sería la
fiesta… lamentablemente ninguno de los chicos de SID fueron, pero me enviaron
un pequeño detalle cada uno de ellos.
El vals fue la cosa más extraña, Adam quería que usáramos “We
belong together” pero insistí y logre convencerlo para que sonara “Hosoi Koe”
de los chicos, durante el vals tuve la misma sensación de la ceremonia, alguien
me observaba aunque traté de encontrar quien era me fue imposible.
Casi al terminar la fiesta salí un rato al jardín del salón,
el aire pegaba en mi cara y jugaba con mi cabello… me sentía nostálgica cada
que miraba el brazalete que llevaba, me senté en una de las sillas que se
encontraba cerca y recordé por última vez (tenía pensado) mi última noche con
Mao hasta que una bella voz me saco de trance.
-sayonara ni fumi kireru hazumo naito wakatteru kedo nennotame
ni dakishimeru dokomade mo zurui hitoto shitte chikazu itano wa sou muchuu
no ato mou modore nai
Voltee hacía donde creía que provenía la voz…era Mao quien
cantaba Sleep… mis ojos se llenaron de lágrimas pero no pude encontrarlo por
ningún lado, tal vez solo fue un mal juego de mi mente para hacerme sentir
peor.
Regresé al salón terminó la fiesta y me fui, con mi ahora
esposo, a nuestra casa.
Han pasado los años y voy a tener un hijo en unos meses… ¿quién sabe?… tal vez lleve el nombre de Masao.
¿Por qué decidí contar esto? La verdad es que no lo sé…
aunque tal vez haya afectado que estoy de vacaciones en Japón y que durante
Ameba Studio vi a mi primer amor de la
juventud, tan lindo y sonriente como siempre, con esa carita que me causaba
ternura y a la vez lujuria, con ese cabello rubio que escondía su verdadero
color, con esos ojos que hacían que me perdiera en ellos cada vez que los
miraba, tal vez…solo tal vez por haber visto su cuerpo que me hizo recordar
cada una de nuestras noches inexplicables.
¿Cómo están esta tarde? Espero que bien, yo me encuentro ¡EMOCIONADA! finalmente pude subirles Inexplicable, he de decir que estos fics de SID me tienen completamente feliz con los resultados.
Espero les gusten tanto como a mi; En una hora aproximadamente les vengo a contar mi semana, por lo mientras disfruten la lectura.
By: Una Galleta Escritora
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